¿Por qué te sientes así? Cambia de paradigma en tus emociones.

¿Por qué estoy sintiendo estas emociones? ¿Por qué me siento nervios@? ¿Por qué siento tanto dolor o tanto cansancio?

Mnnnn…..tus emociones son tus aliadas. Yo cambiaría sólo el encabezado de las preguntas por un…¿PARA qué?

Tantos años de psicoanálisis y de la cultura de analizarlo todo con la mente, nos han llevado a creer que resolvemos nuestros problemas «pensando».

Si a ello le agregamos la hiperestimulación de nuestra corteza pre-frontal que tenemos que soportar todos los que vivimos en sociedades de consumo…

Es a través de generar estados emocionales, que nos inducen e inducimos a otros a realizar una u otra conducta) muchos están convencidos hoy, de que la «inteligencia emocional» es una cuestión mental.

Juan Miguel Ortega Muñoz
La cabeza del pensador…en versión selfie del creativo Juan Miguel Ortega Muñoz, uno de los artistas multimediales más talentosos de España.

Así que muchas de las personas se andan preguntando por ahí unos cuántos por qués…y no llegan a ninguna respuesta que acabe con el dilema sobre lo que sienten…porque esos estados vuelven una y otra vez.

A las preguntas de ¿Por qué? tanto la ciencia como las religiones o las creencias espirituales, parecen tener respuestas. ¡Muchas respuestas!, Que te llevarán de un médico a otro, o de un gurú a otro o incluso de un sitio web a otro buscando con el Google 😉

Pero los estados seguirán…un día serán más intensos que otros. Angustia, miedo, dolores en el cuerpo y hasta desesperación.

Sí. Por momentos desaparecerán. De repente un día te levantas y ya no sientes eso. Y al día siguiente, un dolor en el estómago o las cervicales que crujen, o los nervios y la ansiedad te invaden y te ahogan.

Emociones que nos explican

Todas esas explicaciones, todos esos «motivos-por-los-que-te-sientes-así» todas esas respuestas que en algún momento «justificaban» tus emociones y sensaciones:

Que tienes fibromialgia, que lo que te pasa es que la relación con tu madre, que lo que te sucede es que tienes migraña, que «eres» diabétic@» y todos los medicamentos, hierbas y menjunjes que has intentado, terapias y visitas a los especialistas, que en la resonancia magnética te salió que..

Ninguna de ellas, ninguna búsqueda en Google, ningún maestro, profesor, médico, gurú o tarotista, logró más que paliar por un momento de tu vida, la sensación, o el dolor (porque te dieron una explicación a ese «Por qué»). Y se aplicó un método, una técnica, o una medicina.

…Pero te vuelve. En algún momento vuelve a manifestarse. Te vuelves a sentir mal y a conectar con la negatividad, con lo feo, con lo insoportable. Y otra vez empiezas a preguntarte ¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Qué estoy haciendo mal? Y…  «¿Qué tengo que hacer (la respuesta del millón que muchos inconscientes están dispuestos a darte).

Así que en esa rueda de los por qués y sus tan sabiondas respuestas, nos encontramos todos en esta era de la información…que por sobresaturación ya colapsa estrepitosamente. (Qué alivio).

Emociones y neuroplasticidad
Bianca Atwell en su personaje de «El Animal Humano». Foto: Rastres de Llum. www.rastres.cat

Los desafíos emocionales para todo ser humano en la actualidad son inmensos: El cambio climático (ciclos naturales del planeta Tierra) nos obliga y obliga a todas las especies vivas a desplegar todas las capacidades homeostáticas (auto-regulación del organismo para adaptarse a los cambios medioambientales).

Así que por más que le encontremos respuestas y explicaciones médicas a nuestros «por qués» de los dolores, del nerviosismo, de las alergias, del cansancio…

Emociones intensas

Los estados emocionales tan intensos que podemos estar sintiendo (si no estamos anestesiados) no desaparecerán pues son la base que permite la adaptación a los cambios que estamos experimentando, que intenta nuestro organismo desde los mandatos de su original estructura genética.

Si cambiamos entonces la pregunta, y ante cada mensaje de las emociones como dolor, angustia, miedo, ansiedad, tristeza…nos preguntamos ¿Para qué? en vez de ¿Por Qué? . Experiméntalo. Es posible que obtengas una nueva perspectiva desde la cual comprender un poco mejor lo que estás sintiendo.

¿Para qué me duele la cabeza? ¿Para qué me siento tan nervios@? ¿Para qué tengo tanto miedo?

Te dejo esa propuesta de cambiar los por qués por unos cuantos para qués…

Digamos que no va a servir este ejercicio para que dejes de sentir (siento luego existo, así que si quieres dejar de sentir, dejarás de vivir) pero sí que va a lograr que tu cerebro funcione mejor para ayudarte de una forma más coherente con lo que te está sucediendo.

¡Ah!, si vas a ver al médico, al gurú, al especialista o al integrativo de tu confianza…no olvides preguntarle los Para Qués. Te aseguro que si son personas que hacen lo suyo con amor, te darán respuestas mucho más coherentes, y que tengan un sentido más amplio para ti. Y con ellas…tú decides.

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