El Sentido Biológico de la Belleza.

El sentido biológico de la belleza. ¿Cuál es su propósito en la naturaleza?

Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci.
Proporciones ideales, de Leonardo da Vinci

Uno de los métodos creativos para explorar la naturaleza del hombre, es tomar cualquier concepto de su existencia y aplicar una mirada totalmente distinta:

Cambiar la perspectiva.

Tal vez a muchos de nosotros no se nos habría ocurrido jamás darle un ángulo diferente al tema de la belleza.

En la actualidad esta cualidad está prácticamente abordada por la industria cosmética y quirúrgica, además de impregnada de cánones y tendencias que nada tienen que ver con su verdadera naturaleza.

Consideramos a la belleza algo superfluo pero todos nos rendimos ante ella. ¿Por qué?

Un bebé ya sabe distinguir entre lo que es bello y lo que no.

Según lo revelado por experimentos realizados en los años 90 en la Universidad de Austin, en los que se les mostraban diferentes rostros de mujeres a bebés pequeños, éstos pasaban más tiempo mirando los rostros simétricos, su interés estaba en la simetría.

La simetría parece ser la propiedad que convierte a algo en bello, pero yo, como música que soy, iría un poco más allá:

La belleza es armonía.

¿Por qué?

Bueno, mejor dicho ¿Para qué?

Si observamos la naturaleza, vemos armonía en todos sus diseños.

La simetría está presente, el equilibrio casi perfecto, las proporciones,  los patrones armónicos…y así, la naturaleza nos parece bella:

Así la percibimos.

Y en la percepción está la clave.

Preferimos la armonía, ya que tenemos la tendencia natural a elegir lo que es armónico y simétrico porque en estas cualidades está basada la existencia y evolución de la vida misma.

Hay una clave genética en todo ésto:

La investigadora Grazyna Jasienska, realizó un estudio que luego fue publicado en «Evolution & Human Behaviour».

Revelaba que las mujeres bellas (con rostros simétricos) tenían mayor cantidad de la hormona estradiol, una substancia sintetizada en los ovarios e indispensable para que los espermatozoides lleguen al óvulo.

Los hombres, por lo tanto, de forma inconsciente considerarán más bella a una mujer de rasgos y formas simétricas.

El indicador (la simetría) de una mujer fértil, apta para la reproducción.

Si bien el concepto de belleza varía entre diferentes culturas (los mayas cosideraban que ser bizco era ser bello y las madres ponían jarras frente a los ojos de sus bebés para que desarrolalran estrabismo):

En todas las culturas, la simetría es considerada bella.

En 1883, el primo de Darwin, Francis Galton, estudiaba fotografías de vegetarianos y delincuentes, para encontrar patrones en las apariencias características de cada uno.

Descubrió por serendipia que cuando los rostros humanos se superponen unos a otros hallando la «medianía» entre ellos,  nos parecen más bellos que en las imágenes individuales.

También se ha comprobado que la simetría es indicadora de salud:

Observamos simetría en las danzas rituales de apareamiento de muchas especies, en el diseño del plumaje del pavo real, en los rostros de los mamíferos…

Y hasta en la disposición de los minúsculos y nanométricos pelos de las patas de una mosca (te sorprenderías si la vieras en el microscopio).

En este pavo real vemos claramente el sentido biológivo de la belleza.
Pavo Real, un plumaje simétrico con colores armónicos.

Encontramos simetría en la unión de partículas cuando forman una molécula, en las hélices de ADN y en casi todo el diseño y la arquitectura de todas las especies vivas.

Entonces, más orientados ahora al sentido biológico de la belleza y la simetría como potenciadores de la reproducción, podemos buscar más indicios del sentido biológico de la armonía.

El sentido biológico de la armonía.

Tenemos en el Universo dos tendencias opuestas que parecen imperar:

El caos y la armonía, la entropía y la neguentropía, el Yin y el Yang.

En la interacción entre estas fuerzas se desarrolla la vida y ambas son indispensables para que ésta se manifieste.

Por ejemplo, el centro entrópico y caótico que logra que la Tierra se aut-regule y se armonice, es el Sol.

Sin esa masa incandescente en constante caos, la Tierra no albergaría vida en su seno.

Todo en la naturaleza tiende a la armonía, a un cierto orden, mientras las fuerzas de la destrucción de la vida, suelen ser caóticas.

Es lógico entonces que todos los organismos (los seres vivos) estemos contagiados de esta tendencia a preferir lo armónico, lo simétrico y por lo tanto, lo bello.

Tendencia a relacionarnos con lo vivo, con la vida.

Porque la belleza es una de las características de lo vivo, aunque los ácaros y otros bichos sean realmente espantosos cuando los vemos bajo el microscopio.

Pero ésto tiene un sentido: no vamos a reproducirnos con esta especie, así que no tenemos por qué percibir su belleza…

Imagen nanométrica de un ácaro
Fotografía de un ácaro (¿Tendrán los ácaros también a su Ratoncito Pérez?)

Estoy segurísima que la estructura del aparato perceptual de un ácaro macho, está diseñada perfectamente para encontrar armonía en la belleza del ácaro hembra, aunque ésta percepción no sea visual y sí química.

La armonía es una cualidad que va más allá de las fronteras culturales:

Cualquier cultura percibe como bello algo armónico.

La música armónica por ejemplo le resulta agradable a cualquier humano de cualquier cultura, del mismo modo se rechaza la música carente de sonidos armónicos.

Los armónicos  musicales son especies de sub-ondas que aparecen asociadas al tono principal (tono fundamental) que genera la fuente del sonido. Estos definen sus cualidades como la altura, el timbre, etc.

La armonía es el equilibrio de las proporciones entre las distintas partes de un todo, y en ella se basa el milagro de la vida.

Por ello, la belleza, basada en la simetría y en la armonía, es un concepto con una gran importancia en el sentido biológico y evolutivo, aunque hayamos bastardeado tristemente el concepto, sometiéndonos al botox.

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