El cuerpo humano es un zoológico, sí. Un superorganismo.
Colonias bacterianas…unicelulares…
Qué obsoleta está la enseñanza de la anatomía humana…
La mayoría de los estudiantes salen del colegio sin saber que el cuerpo humano es un superorganismo, en el que solo 1 de cada 10 microorganismos que lo componen tienen nuestro ADN humano.

Sí, en nuestro cuerpo humano viven 2.000 especies diferentes de seres unicelulares, cada uno con su ADN. Nuestros órganos están formados de grandes colonias de microorganismos, conviviendo en una gran simbiosis.
Cada colonia va a su bola, cumpliendo las funciones que su ADN le dicta, guerreando, amándose y viviendo su vida sin tener la menor idea de lo que nosotros pensamos…
Es fascinante imaginar qué es lo que mantiene a todo ese cotarro organizado…
¿El cuerpo humano es un zoológico o un milagro?
Qué inteligencia subyacente logra que ese cuerpo humano que es un zoológico tan diverso como un gran ecosistema terrestre, se mantenga funcionando con ese propósito común que es mantenernos con vida…
Además, solo el amor podría ser la fuerza cohesionadora que logra que esos animalillos tengan consciencia nuestro propio cuerpo como su territorio, ya que solo la empatía logra que dejen entrar a nuevas especies a convivir y copular con ellos.
Sí, millones de bacterias ingresan en nuestro cuerpo todo el tiempo a través de las vías respiratorias, los alimentos o el contacto con el medioambiente…y solo algunos de esos seres son invitados a permanecer en el zoológico de tu cuerpo…
Solo algunos son considerados compatibles y no son rechazados. Empatía…
Solo en el sistema digestivo podemos encontrar a unos cien trillones de estos unicelulares, unas 400 especies catalogadas de preciosos simbiontes.
En la piel, conviven unas 100.000 por centímetro cuadrado. Y todas ellas compartiendo su vida con los ácaros (arácnidos diminutos de los que se conocen unas 50.000 especies en la naturaleza).
En nuestras mucosas bucales y vaginales encontramos unas 600 especies distintas de bacterias, todas ellas contribuyendo al equilibrio de nuestra salud.
Las bacterias tienen dos formas específicas de comportamiento en nuestro cuerpo: el mutualismo y el comensalismo.

Mutualismo en el cuerpo humano:
El mutualismo es la forma en que los dos seres (el huésped o el cuerpo humano) y la bacteria, colaboran como socios en el bien común.
El huésped les da un ámbito idóneo para su crecimiento, reproducción y evolución y la bacteria le libera de microorganismos patógenos u ocupa el espacio que podrían ocupar los parásitos que podrían enfermarnos.
Las mutualistas sintetizan vitaminas o transfieren el hidrógeno entre especies. Tenemos en cada célula de nuestro cuerpo unas bacterias llamadas mitocondrias que hacen esta función.
Así que en el caso de las bacterias mutualistas, es bueno tener okupas.
Comensalismo:
En esta forma de vivir, las bacterias se alimentan de componentes del cuerpo (su huésped), algo que en algunos casos causa daño al organismo (bacterias patógenas) y en otros mantiene su auto-regulación.
De todos modos, la ciencia aún no devela claramente las funciones de las floras bacterianas en el cuerpo.
Muchas de sus dinámicas no están establecidas, pero hemos de saber que la presencia de bacterias en nuestro cuerpo es indispensable para que sigamos vivos.
Lamentablemente estamos bombardeados de nuevos productos anti-bacteriales que nos vende la industria farmacéutica, a la que le conviene que veamos a las bacterias como seres destructivos y aberrantes.
Los aerosoles anti-bacteria que nos intentan meter con la publicidad tendenciosa, son un verdadero peligro para el ecosistema de nuestro cuerpo.
El humano adquiere sus colonias bacterianas desde el nacimiento al ponerse en contacto con el medioambiente y con otros seres vivos.
Los niños pequeños tienen el instinto de comer tierra, porque de ella adquieren colonias bacterianas que reforzarán su sistema inmunológico.
Es bueno estar en contacto con las plantas, con los animales y con la Tierra, abrazarse con otros seres humanos, besarse en la boca…
Todo ello es fundamental para sostener la biodiversidad bacteriana que asegura el equilibrio de nuestra salud.
Si hacemos de nuestros hogares casas totalmente asépticas y rociamos el ambiente con aerosoles anti-bacteria, estamos poniendo en serio peligro a nuestra salud, porque estaríamos alterando artificialmente el natural proceder de estos seres indispensables para nosotros.
En ambientes hospitalarios, pues sí son necesarias medidas de asepsia, ya que con ellas se evitan contaminaciones de bacterias peligrosas para el organismo.
En el hogar, una asepsia lógica (limpieza) es suficiente. No necesitamos aerosoles, porque con ellos también matamos a nuestras propias bacterias mutualistas.
La reina del Zoo
Hace poco la bacteria E. Coli ha sido la protagonista de los medios.
No podríamos decir que es muy hermosa, y nos la han vendido como una bacteria ltamente peligrosa ¡hay gente que se coloca guantes para ir al supermercado desde que nos informaron que hay E-Coli en los changuitos de la compra!…
Pues la E.Coli es fundamental para nuestra salud. Ella vive en colonias en nuestros intestinos y cumple una función altamente reguladora del resto de colonias bacterianas que nos habitan.
Si el E.Coli no existiese, nosotros tampoco existiríamos.
Claro que existen bacterias que de reproducirse mucho en nuestro cuerpo pueden matarnos. También microorganismos procedentes del exterior que podrían aniquilar a las nuestras…
Pero un sistema inmunológico en equilibrio (y para ello necesitamos a ciertas especies de bacterias que logren el milagro) éstas no podrían atacarnos así de fácil. El sistema inmunológico humano se refuerza con pensamientos positivos, actitudes amorosas y una alimentación equilibrada.
Así que a bajar un poco el pánico a las bacterias, y a entender que SOMOS cuerpos formados de ellas y que las necesitamos para vivir.
Este fascinante tema del zoológico que es nuestro cuerpo, merece más tinta (o más bits en este caso), así que seguiré contándoles cómo es este superorganismo, este ecosistema diverso y maravilloso cotarro de especies al que le llamamos cuerpo humano.