El sistemático ataque a nuestra conciencia natural de pertenecer a una especie.
La especie humana, paradójicamente en una conducta, similar a la apoptótica (de auto-destrucción celular).
«Divide y Reinarás» el famoso concepto Maquiavélico… Se viene aplicando con éxito desde hace siglos por aquellos que temen perder el supuesto control que tienen. Y en gran parte lo hacen, utilizando las vulnerabilidades típicas de nuestro instinto de manada.
Sin embargo, activar la conciencia de especies, es uno de los recursos de la naturaleza para sostener la Biosfera (todo lo vivo en el planeta). Y como SOMOS naturaleza, este poder vive en nosotros y prima en su condición de unidad natural inteligente.
Prima sobre cualquier estrategia político-económica, ideológica o religiosa. Un campo no local en el que circula información evolutiva al que llamamos Noosfera es el que nos interconecta.
Mientras nos distraemos y no vemos cómo nos dividen permanentemente en:
-Naciones (fronteras, hoy empresas).
-Religiones (anestesian nuestros sentidos)
-Partidos políticos (nos llevan a trabajar en sus huertos)
-Clases sociales o sexos (controlan nuestra energía vital para jerarquizarla y degradarla, e impiden que usemos nuestro potencial holístico y biodiverso).
Participamos así en unos juegos macabros de ajedrez en los que somos sus peones…
Conciencia de nuestra Atención
O arrancan nuestra preciada ATENCION para que LA REGALEMOS a semejante adoctrinamiento de la mente humana…
Detrás de símbolos que nos tragamos con papas como banderas de colores, bombas estridentes o mensajes de miedo…el humano va dejando de sentir la biosfera.
Aquel que aún no ha sido tocado por la vara de las doctrinas o de los «patriotismos y otros ismos»…
Sigue conectándose a la Tierra, sigue sintiéndose unido al TODO, sigue plantando una semilla y agradeciendo cada vez que arranca una planta para comérsela, mirando a cualquier otro humano como a un «otro yo», sorprendiéndose de la belleza de la vida…porque la SIENTE.
Y Antonio Damasio decía «Siento…luego existo.».
Y todos nosotros los humanos, que somos la biosfera, vivimos en una paradoja que no comprendemos muy bien, estamos dotados de una conciencia de especie de forma inconsciente.
Ese estado de conciencia está automatizado y trabaja desde el subconsciente desde hace millones de años, haciéndonos interactuar como unidades celulares en la macro-unidad de la biomasa de este planeta.

Ataque a la conciencia que algunos ignoran, pero todos sienten
El desequilibrio de la biomasa duele, y esos dolores con los que nos alerta nuestro cuerpo, los anestesiamos enseguida con la gran batería montada por la que además tenemos que pagar, para que ni siquiera nos demos cuenta que existen. Y si aparecen, acallarlos como sea, pero que el desequilibrio siga.
La mayoría de nosotros no entiende ni siente que vivimos en una unidad natural, cuyos estados son totalmente dinámicos y a la merced de los verdaderamente poderosos eventos cósmicos.
Se creen que tienen «patria», creen que tienen «tierra» , «propiedades» o «dios» … miran la tele, leen o cotillean, creyéndose todos esos mensajes de división, y respondiendo a ese adoctrinamiento con predeterminadas conductas cotidianas. (Muy bien predeterminadas por cierto).
Y nos distraemos de esa naturaleza nuestra, y seguimos dividiéndonos entre nosotros, echándonos la culpa unos a otros, discutiendo, guerreando, y así en ese espejismo de las pequeñas manadas ya adoctrinadas, dejamos de SENTIR el contacto con LO VIVO, dejamos de SENTIR-NOS.
Y si quieres verlo de un modo «racional», desde cualquier punto de vista racional de la física, la mecánica cuántica, la geología o cualquiera de las ciencias que intentan explicarnos la naturaleza, en el ecosistema en el que vivimos no existe absolutamente ninguna división posible, a menos que sea en el contexto de la esclavitud ideológica.
Pero aún así, curtiditos como están nuestros sistemas perceptuales, no por ello dejamos de ser la biosfera.
Tampoco esas conductas que llevamos a cabo como ovejas rumbo al matadero, nos impiden seguir conectados a la Noosfera.
Manifiesta su existencia y su meta-reactivación necesaria, en el instinto de libertad y supervivencia que surge en cada uno de nosotros con la fuerza misma de la natura, que lo arrasa todo cuando lo necesita.
Se manifiesta en desesperanza, dolor, indignación, depresión, ansiedad o locura, pero se manifiesta porque está ahí.
La Conciencia no alcanza, hay que volver a sentir
Para que ese instinto básico de supervivencia de la especie surja en nosotros y se active en todo su potencial, no hace falta más que SENTIR LA VIDA, algo que muchos ya ni recuerdan cómo era…
Y para volver a SENTIR LA VIDA, desde el SER, somos sí, capaces de desconectar, recablear y volver a reestructurar el cerebro adoctrinado. Su plasticidad maravillosa permite que las conexiones creadas en esta esclavitud, puedan recablearse y reconfigurarse a través de las frecuencias de la Noosfera.

Tomando el sartén por el mango de nuestra ATENCION. Poniéndola exactamente donde debe estar en todo momento, dirigida no por terceros, sino por la propia elección en otro estado de conciencia…
Volvemos a SENTIR LA VIDA, ésa, que se nos había olvidado y que por ese olvido estamos tan divididos y esclavizados.
Sé que lo estamos haciendo.
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