
La autocuración es un proceso que ya estás haciendo las 24 horas del día en automático. Lo hace tu cuerpo.
Antes de que sigas leyendo, quiero decirte que tu salud es tu responsabilidad. Y siempre es mejor contar con análisis y consejos de los profesionales, que buscar las soluciones en Internet.
Lo que aquí divulgo no puede ni debe reemplazar tu visita a tu profesional de confianza, si te sientes enfermo/a.
Yo prefiero a los médicos integrativos, que aplican la medicina académica pero también están abiertos a las terapias complementarias y a los conocimientos milenarios.
Hoy muchos creemos que las enfermedades son desequilibrios energéticos, algunas de ellas originadas desde procesos emocionales y de incapacidad de adaptación óptima que desestabilizan el funcionamiento de nuestro cuerpo.
Estudiamos los humanos entonces distintas terapias basadas en volver a equilibrar las energías, básicamente lo que hacemos con las medicinas del nuevo paradigma es equilibrar el flujo y las relaciones electromagnéticas de las partículas que conforman nuestro organismo.
Pero el cuerpo no se termina en nosotros, ya que éste funciona con el mediombiente en homeóstasis.
¿Entonces encarar una enfermedad sin tener en cuenta el medioambiente, es una mirada muy parcial del proceso?
Lamentablemente sí, y por ello es que elijo a médicos integrativos.
Autocuración ¿Cómo influyen las rutinas?
Existe otro factor muy importante que tiene que ver con el funcionamiento de los sistemas orgánicos y que raramente es tenido en cuenta por los investigadores de la salud: las rutinas.
Una de las formas más prácticas, rápidas y eficientes que he encontrado para la autocuración (y solo hablo de mí) es la desestructuración, la reconfiguración del sistema que utiliza la enfermedad para desarrollarse.
Una enfermedad necesita una estructura como caldo de cultivo para terminar manifestándose con sus síntomas, un estado biológico preexistente.
Por ejemplo, un virus econtrará una estructura idónea en un sistema inmunológico debilitado.
Una bacteria patógena encontrará una estructura maravillosa para reproducirse en un medio húmedo o de determinada temperatura.
Cuando nos encontramos enfermos, la enfermedad tuvo que seguir un proceso para desarrollarse, pero también tuvo que sentar sus bases en una estructura adecuada que le ofrecimos con nuestras costumbres, acciones o actitudes, que nos llevaron al estado actual del sistema.
La ira contenida durante mucho tiempo suele ser también una estructura idónea para que las células cancerígenas comiencen a desarrollarse, según la opinión de algunos investigadores.
Por ello, la desetructuración del medio podría ser una buena estrategia para acabar con el proceso dedesequilibrio.
Lo único estable en la naturaleza es el cambio. Cambiar es lo natural.
Si una persona deja de exponerse a la luz solar, se encierra, se pasa largas horas recibiendo la radiación del monitor del ordenador y no hace ejercicio físico, es muy probable que esté creando una estructura idónea para que se desarrolle una depresión.
Para liberarse de la depresión (un desequilibrio que debes tratar con profesionales, pues de no hacerlo las consecuencias pueden ser devastadoras) puede cambiar su rutina, haciendo exactamente lo contrario.
Tomar sol, salir a caminar, hacer ejercicio (y dejar de conectarse a Internet por un tiempo, si estás dándole todo el día).
Toda enfermedad necesita de un estado orgánico como estructura para desarrollarse. Un sistema que se encuentre en determinadas condiciones.
Y de cambiar esas condiciones, la enfermedad ya no encontraría las bases para continuar su desarrollo.
Simple…

Cuando se manifiestan los síntomas de un desequilibrio en mi cuerpo, además de ver a mi médico de confianza, comienzo un proceso de autocuración con un lápiz y una hoja de papel.
Dos columnas: en una, las rutinas que vine haciendo en los últimos meses, en la otra, cómo las voy a cambiar.
Un ejemplo:
«Me venía levantando a las ocho de la mañana» y «ahora me levantaré a las siete».
«Venía desayunando café con tostadas», «Ahora desayunaré frutas y algo de proteínas».
«Ultimamente estuve algo angustiada por no poder llegar a fin de mes» «Ahora prescindiré de aquellos gastos que son realmente innecesarios y tomaré una actitud positiva».
Estos pequeños cambios en la rutina diaria, podrían iniciar tal vez una gran desestructuración para la enfermedad que se estuviese desarrollando.
Estamos cambiando los circuitos de circulación de la información, estamos programando el cuerpo de una manera diferente, llevándolo a otro estado, un estado que ya no será igual que el que le habíamos ofrecido antes.
Esta técnica que favorece la autocuración, es infinitamente flexible y puede incluso perfeccionarse y orientarse a cada caso en particular si conocemos las rutinas que favorecen a una u otra dolencia con el consejo de los profesionales de la salud.

Hoy tenemos acceso a mucha literatura que nos explica el origen emocional de cada enfermedad, para poder detectar cómo se ha producido y en que se basará para seguir su curso.
Las teorías del nuevo paradigma:
Después de haber trabajado con muchos científicos del nuevo paradigma, entendí que lo que llamamos «enfermedad» paradójicamente es un proceso de autocuración.
Por ejemplo, si la enfermedad es en el sistema digestivo, sabemos que en la lista podríamos incluir un cambio de dieta, y también podríamos cambiar la percepción que tenemos sobre una situación que no estamos aceptando, algo «que no podemos tragar».
Si se nos manifiesta una enfermedad en la piel, podríamos preguntar al especialista si el sol será beneficioso para ella o no, pero también trataremos de poner en la lista si estamos teniendo alguna conducta que nos provoque un problema social…
Los conflictos emocionales relacionados al contacto social suelen manifestarse en la piel.
Hay un libro de Christian Fleche muy interesante que puede ayudarnos como guía para detectar el origen emocional de las enfermedades.
Nos da una nueva perspectiva sobre el cuerpo como herramienta de curación, y que nos explica claramente cómo se manifiestan las diferentes enfermedades según el shock emocional que haya provocado su aparición.
Haciendo la lista
También es útil hacer una lista y registrar lo que haces cuando estás bien. Aquellas rutinas que te benefician.
Todo el medioambiente en el que vives tus rutinas cotidianas puede estar sirviendo de caldo de cultivo para una enfermedad, por ello hasta cambiar la decoración de tu casa puede servirte para desestructurarla.
Cuando te pongas a hacer la lista, verás que hay algunos ítems dentro de tus rutinas que parecen difíciles de cambiar.
Por ejemplo uno de los ítems era mi horario de trabajo, eso no lo podía cambiar, pues el reloj de la entrada al laboratorio estaría esperando mi tarjeta a determinada hora.
Bueno, pues apliqué otro tipo de cambio a ese ítem: ahora en vez de salir de casa a las ocho treinta para ir al trabajo, saldría media hora antes y en ese tiempo caminaría por el jardín botánico todas las mañanas.
Los resultados de esta técnica son asombrosos e intento aplicarla a cualquier situación de desequilibrio. Las rutinas pueden en muchos casos ser las estructuras que sostienen el desarrollo de las enfermedades, practico a «desorientarlas».
También creo que es muy importante aprender a «escuchar» a la enfermedad y al cuerpo.
Ejemplos
Una gripe por ejemplo, nos impulsará a acostarnos, nos dejará sin energía.
Y esa relajación podría ser necesaria para la curación de un estrés que nos ha llevado a ese estado de indefensión del sistema inmunológico.
Generalmente ante una gripe seguiremos el ritmo desenfrenado de actividad, «tapándola» con un antigripal, y con ello podríamos lograr que se haga recurrente, o que el cuerpo encuentre otro recurso como para que paremos esa actividad desenfrenada.
Entiendo que lo más importante de «escuchar» a la enfermedad es detectar el mensaje que nos está transmitiendo.
Las enfermedades pueden ser maestras, guías y señales de acciones que estamos realizando en contra del camino más adecuado a seguir.
Descodificando.
Cada enfermedad, según los investigadores de la biodescodificación, manifiesta una percepción conflictiva de una situación. La enfermedad nos dice que en algo tenemos que cambiar nuestra actitud.
En un virus, nuestra atención debe estar en el factor que debilitó nuestro sistema inmunológico, generalmente una situación que nos produce miedo, ansiedad o angustia.
Si es una depresión, es muy probable que no le estemos dejando al cuerpo realizar su proceso vital de fotosíntesis, debemos exponernos mucho más a la luz solar y debemos beber más agua o hacer más ejercicio.
En una enfermedad de la piel, podría ser un conflicto de relación, con la pareja, un compañero de trabajo o la familia.
En fin, te recomiendo algunos libros que pueden orientarte para «personalizar» esa lista que hagas para favorecer tu autocuración, cuando te veas en los síntomas de un desequilibrio:
Christian Fleche: El origen Emocional de las enfermedades. Una guía práctica para identificar la causa psicológica de la enfermedad.
Artículo: Enfermedades Psicosomáticas, el poder de las emociones.
Artículo: Bianca Atwell: Vivir con temor. Influencia del miedo en las células.
Pero recuerda: si te sientes enferma/o, no dejes de consultar a tu profesional de confianza para que te realicen las analíticas necesarias. Sé responsable con tu salud. Buscar información en Internet puede marearte y hacerte perder un tiempo valiosísimo.
Esto que te transmito hoy, es sólo para inspirarte. Herramientas para tu autoconocimiento desde mi experiencia propia y nunca un consejo médico, pues no soy una profesional de la salud, no me dedico a ello:
Me dedico a motivarte y acompañarte para que desarrolles tus propias capacidades y talentos.
¿Nos vemos pronto?