El señor Nikola Tesla y la Noosfera tienen algo en común.
El gran ingeniero mecánico y electrónico nacido en el Imperio Astrohúngaro, inventor de múltiples sistemas como la transmisión inalámbrica.
La corriente alterna, los rayos X o la radio, publicaba en 1905 un artículo en la revista Electrical World & Engineer
en el que evidentemente se refería a la Noosfera.
El título lo sugiere: “La Transmisión de Energía Eléctrica sin Cables como Vía para la Paz”.
De ese artículo me gustaría reproducir algunas de sus frases:
«Estamos empezando a pensar cósmicamente…
Parece que El Creador ha diseñado un planeta eléctrico para permitirnos alcanzar maravillas,
que antes de mi descubrimiento no podrían haber sido imaginadas ni por la mente más atrevida…”
Nikola Tesla y la Noosfera, transición:
“No es más que cuestión de tiempo que los hombres tengan éxito
en sincronizar su maquinaria con los engranajes mismos de la naturaleza.”
El momento en el que las máquinas se conectasen a la naturaleza, sería el momento de colapso del estado biosfera.
La Tecnosfera, sería la atapa previa al advenimiento de la Noosfera.
Los microchips insertados en los cuerpos, las redes formadas por Internet, la telefonía móvil, la red satelital y la inteligencia artificial.
Tesla, un genio, un adelantado a su tiempo
y como todo vanguardista, ha recibido muchos palos.
La Torre Wardenclyffe, cerrada por AGFA en 1992, fue construida por Tesla con la financiación del banquero J.P. Morgan.
El propósito era captar energía de la Tierra y redistribuirla gratuitamente a todo el mundo.
Morgan le pide silencio y discreción en una carta, ya que su inversión competía con las de varios de sus propios clientes que apostaban por la energía con cables.
Tesla desafiaba las inversiones de los monopolios energéticos de la época:
Los banqueros norteamericanos contemporáneos invertían grandes sumas en las minas de cobre para los cableados eléctricos.
Los hallazgos de Nikola Tesla en el campo de la transmisión inalámbrica representaban un peligro para sus inversiones.
Finalmente Morgan le quitó apoyo financiero ya que no representaría ganancias para su negocio el hecho que los hogares
y los edificios de todo el mundo pudiesen obtener energía gratuita, y la torre que la distribuiría quedó inactiva.
15 años después, el ingeniero Marconi realizaría la primera transmisión inalámbrica a través del Atlántico llevándose todos los honores.
Pero fue Tesla quien había desarrollado la tecnología y que no pudo ponerla en práctica por el abandono de crédito al que lo sometió Morgan.
Lo destruyó colocándolo en la lista negra de las entidades financieras de Estados Unidos.
Tesla era noosférico
Muchos intentaron desacreditarlo, apoyándose en las supuestas enfermedades psíquicas que padecía.
Sospecho que si bien podría haber sufrido de estrés por su posición destacada en la sociedad de la época,
la mayoría de sus síntomas pertenecen a una persona con capacidades extrasensoriales.
Tesla experimentaba alucinaciones y su aparato perceptual era extremadamente sensible.
Sufría dolores ante sonidos estridentes o al ver colores muy brillantes y tenía episodios en los que entraba en trance.
Creía comunicarse con seres a distancia.
De hecho entre sus investigaciones se encontraron proyectos para comunicarse con seres de otros planetas.
Hablaba seis idiomas fluidamente.
Tenía sinestesia, ya que decía ver con toda claridad imágenes de colores cuando escuchaba el sonido de las palabras.
Soñaba con la transmisión inalámbrica de imágenes y sonido, y con la televisión muchos años antes de que fuese inventada.
Murió a los 86 años, solo en una habitación de hotel, y en la pobreza.
A su funeral concurrieron grandes figuras de las ciencias y la política.
Luego de su muerte, el gobierno estadounidense envió al FBI a requisar todos sus escritos y materiales de investigación.
Servirían posiblemente para proyectos como el HAARP o el control social a través de ondas electromagnéticas.
